El 30 de Mayo las Juntas Generales adoptaron una decisión respecto a la financiación de las entidades locales, creando el FEPEL se reduce considerablemente la cantidad que tenían que devolver a Diputación. Una de las razones por las que las Juntas Generales adoptan esta decisión es el debate que impulsamos hace unos meses desde la Izquierda Abertzale.
En Dulantzi conseguimos que la moción fuera tratara en Enero donde planteábamos la imposibilidad de los Ayuntamientos para devolver la cantidad exigida y solicitábamos otro sistema de financiación. La moción no salio ya que el PNV-PP y PSOE votaron en contra de la misma y contaron con la abstención de EA.
Esta moción se aprobó en algunos Ayuntamientos (Gaubea, Zigoitia,… y junto con el debate suscitado ha obligado a la Diputación y a algunos partidos a cambiar de actitud). Algunos nos dicen que nuestras mociones no valen para nada, aquí tienen una prueba incontestable de cual es el valor práctico de nuestras iniciativas. Si no hubiésemos puesto sobre la mesa este debate las entidades locales tendrían que devolver toda la cantidad inicialmente exigida. Solo algunos Ayuntamientos aprobaron la moción, si hubiesen sido más posiblemente las entidades locales no tendrían que devolver nada.
Si la actitud del PNV y EA hubiera sido mas valiente no solo en Dulantzi si no en mas ayuntamientos seguro que ahora estariamos hablando de haber conseguido entre todos la no devolucion
La decisión adoptada en Juntas Generales no es la solución, pero es un paso que tiene un importante efecto práctico para Ayuntamientos y Concejos, porque tendrán que devolver mucho menos dinero. Para comprender bien la cuestión a continuación ponemos un artículo de opinión del juntero Iñaki Usategi.
La financiación de las Entidades Locales en Araba y la crisis económica.
El riesgo compartido.
La principal fuente de fondos para Ayuntamientos y Concejos procede de la recaudación de los tributos concertados que hace la Diputación. Los Ayuntamientos tienen otros impuestos municipales que recaudan y gestionan directamente (Impuesto sobre Bienes Inmuebles, Impuesto sobre Vehículos de Tracción Mecánica,…), aunque la regulación básica de los mismos es competencia de la Diputación.
De esa recaudación de los tributos concertados, una vez descontado el cupo líquido (a pagar al Estado Español), el Gobierno Vasco se queda con un 70%, y el 30% restante se reparte entre Diputación y Entidades Locales (estas últimas se quedan con el 56% de lo sobrante una vez efectuada la aportación al GV).
Por consiguiente, si se recauda más habrá más para todos, y si se recauda menos hay menos para todas las instituciones. Esta es la base del riesgo compartido.
(Históricamente en Juntas Generales desde la IZQUIERDA ABERTZALE hemos, de alguna manera, aceptado la filosofía del riesgo compartido pero planteando un cambio de base: que la financiación local no descienda del 15% de la recaudación por impuestos concertados, es decir, que a las entidades locales se les asigne ese 15% antes de descontar el cupo y la aportación al GV).
Pero hay un segundo momento de riesgo compartido, que es el que se está produciendo en estos momentos como consecuencia de la crisis económica. Así, la financiación de las Entidades Locales se efectúa sobre previsiones, y al año siguiente, ya sobre datos reales de recaudación, se hace la liquidación. De forma que se cobra un complemento o se tiene que devolver una parte de lo que se recibió por adelantado, según cuál sea el resultado de la liquidación.
Este mecanismo ha originado los problemas de devolución de fondos de 2008 que ya se conocen. Al principio se habló de 33 millones de euros y luego, con datos definitivos, la cantidad que las entidades locales tenían que devolver ha subido hasta 44 millones de euros.
En 2009 pese a que de entrada ya se redujo el FOFFEL (Fondo Foral de Financiación de las Entidades Locales) en 20 millones en comparación con la cantidad inicial de 2008, la situación no es más halagüeña.
Esta situación es la que ha conducido a la Diputación a crear un fondo de compensación para la financiación local que se llama FEPEL (Fondo de Estabilización de la Participación de las Entidades Locales)
El FEPEL
Es un fondo de compensación que se utiliza para garantizar un nivel de financiación mínimo a los Ayuntamientos y Concejos (La Norma Foral aprobada garantiza un 95% de la cantidad consignada inicialmente en los Presupuestos de la Diputación). El fondo se irá constituyendo en los momentos de vacas gordas, de forma que si las liquidaciones son positivas, es decir, si las Entidades Locales deberían de cobrar más de lo previsto inicialmente ese incremento no se lo quedan sino que tiene que destinarse obligatoriamente como aportación al Fondo.
Para entender mejor toda la lógica del sistema de financiación hagamos un ejercicio práctico. En Enero de 2008 la Diputación prevé recaudar 300 y en virtud de ello adelanta 100 a las entidades locales a través del FOFFEL, pero en octubre de 2008, con datos reales de recaudación, se da cuenta de que recaudará 250. Partiendo de esa cantidad las Entidades Locales deberían recibir 80 y por tanto, aplicando el riesgo compartido, les pide que devuelvan 20 (que en realidad les descontará del FOFFEL de 2009 y 2010). Ahora, a través del FEPEL, ante una situación similar las entidades locales solo deberían devolver 5, los otros 15 debería cubrirlos el FEPEL, es decir, el FEPEL cubre el 95% de lo previsto en Enero, aunque los datos reales de octubre supongan una reducción mayor. Si la recaudación fuese de 400, a las entidades locales les correspondería 120, pero Diputación no les daría 20, les daría 5, hasta el 105% de lo previsto en enero, y el resto, 15, iría al FEPEL.
Para poder paliar, en cierta medida, las dificultades actuales de las entidades locales el FEPEL ha sido creado con saldo negativo, es decir, la Diputación “adelanta” 33 millones de euros para reducir a 11 los 44 millones que debían devolver las entidades locales del FOFFEL de 2008.
La IZQUIERDA ABERTZALE, una vez garantizada la reducción de devolución de las Entidades Locales, ha mantenido una posición crítica que se fundamenta en cuatro ejes:
a) Las razones para la constitución del FEPEL están mal justificadas (incluso podemos decir que están ocultadas).
Así, por parte de sus promotores (al final ha sido apoyado por PNV, EA, Aralar y PSOE) imputan la constitución del FEPEL a la crisis económica, como si se tratara de un factor externo, como si nada tuviera que ver las decisiones en política fiscal que ha venido adoptando la Diputación.
Es decir, según ellos las modificaciones en el Impuesto de Sociedades, el descuento de los 400 euros (que beneficia principalmente a las rentas más altas y que supone una pérdida de 60 millones de euros), la supresión del Impuesto de Patrimonio (20 millones de euros que se dejan de recaudar), u otras nada tienen que ver en la minoración de recaudación que está teniendo la Hacienda Foral.
Esta minoración de recaudación afecta a todos los niveles institucionales, pero especialmente a los más débiles, que no son otros que las Entidades Locales. (Para que se entienda, no es lo mismo quitar 100 euros a un rico, que quitar 100 euros a un pobre que con esa reducción puede quedarse sin medios económicos para comer). Pero son las únicas instituciones que no toman decisiones a este respecto.
La política fiscal se mantiene en la inercia de la ideología liberal (erre que erre, aunque todo el mundo dice que ésta ha fracasado), que no es otra que pensar que si a las clases altas se les incrementa la tasa de beneficios se saldrá de la crisis. No se dan cuenta que lo que están haciendo es sanear sus activos y esperar tiempos mejores.
Además, las Diputaciones en los dos últimos años han seguido la política fiscal de Zapatero, y no parece que esto vaya a cambiar (ver si no la reunión del Diputado General de Álava Xabier Agirre con el Lehendakari Paco Lopez).
El que no haya cambios en política fiscal, incluso se defenderá como una medida progresista frente al PP que pide más rebajas fiscales. Mientras tanto la única salida es la deuda pública (3.000 millones quiere aumentar el GV) y que la crisis no dure mucho, porque en caso contrario podemos llegar a suspensiones de pagos de las propias instituciones.
b) La constitución del FEPEL llega tarde. La situación había sido avisada en Juntas Generales (JJ.GG.) por la IZQUIERDA ABERTZALE en diciembre en el debate de presupuestos; se habían exigido medidas para que no hubiese pérdidas de ingresos para las Entidades Locales alavesas por parte de Ayuntamientos (a iniciativa de la IZQUIERDA ABERTZALE , como fue reconocido en el Pleno de Tierras Esparsas por el portavoz de EA) y también por ACOA (Asociación de Concejos de Álava); y las JJGG rechazaron una moción presentada por la IZQUIERDA ABERTZALE en el mismo sentido.
Es decir, se enrocaron en la medida acordada con el PSOE en los presupuestos, de forma que las Entidades Locales debían devolver todo lo cobrado de más en dos años (2009 y 2010).
Cuando ya no podían más, según avanzaban los desastrosos datos de recaudación de 2009, han adoptado la medida que ahora analizamos.
Pero la tardanza en la adopción de la medida ha generado mucha inseguridad en Ayuntamientos y Concejos, que hasta junio pensaban que tenían que devolver 44 millones de euros (con la propuesta solo tienen que devolver 11 millones), y por lo tanto han postergado la toma de decisiones en su localidad ya que pensaban que no iban a tener medios suficientes para financiar dichas decisiones. ¿Por qué ahora y no en diciembre?
c) La propuesta es parcial porque no se cubre el 100% de las cantidades del FOFEL inicialmente presupuestadas sino únicamente el 95%. No hay ninguna razón para que no se cubra el 100%, o por lo menos no se ha dado.
Además, se recuerda que hay doble bajada. La primera en los Presupuestos sobre la que el FEPEL no funciona y la segunda sobre la liquidación en el año siguiente, en la que se pierde un 5%.
¿Si son lo Ayuntamientos los únicos que van a hacer aportaciones al FEPEL, por qué no se les garantiza el 100%?
Se olvidan que en tiempos de crisis, las Entidades Locales han de jugar un papel indispensable para tirar de la economía y crear empleo.
d) La propuesta es injusta por que los únicos que pagan las liquidaciones negativas son las Entidades Locales (el 5% en el momento de la liquidación y el 95% cuando la recaudación se recupere y se sitúe por encima de las previsiones iniciales). Es decir que los Ayuntamientos se convierten en deudores de la Diputación que es la que temporalmente adelanta los fondos pero luego recuperará todo. Es decir, las Entidades Locales deberán hacer las aportaciones al FEPEL en los momentos de vacas gordas (de momento cosa difícil), de forma que el plus de ingresos que obtengan será para pagar sus deudas. Si la crisis dura mucho el endeudamiento de las Entidades Locales pueden alcanzar niveles importantes.
En cambio, la Diputación y Gobierno Vasco que también tendrán ingresos complementarios positivos en los años en que la economía vaya bien se lo guardan todo sin aportar nada (esto es también riesgo compartido), y además la Diputación recuperará lo aportado inicialmente.
Y no podemos olvidar que el FEPEL actúa como un parche nuevo sobre otro parche viejo, lo fundamental es cambiar el sistema de financiación para garantizar a las Entidades Locales una aportación directa, suficiente y justa. Esa sigue siendo la batalla.